¿Cómo se controla la calidad del agua potable?

Cuando ingresa a las plantas potabilizadoras, en las distintas etapas del proceso de potabilización y cuando sale por las redes de distribución hacia las viviendas, el agua es analizada sobre la base de distintos parámetros que apuntan a un mismo fin: asegurar que el agua que saldrá por las canillas es potable, es decir, apta para nuestro consumo.

 

El conjunto de estudios a los que es sometida el agua de red conforma lo que se llama plan de muestreo: en total se realizan más de 4.000 análisis mensuales, tomando en cuenta parámetros físicos, químicos, bacteriológicos y biológicos.

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Todos estos análisis están establecidos por las “Normas provinciales de calidad y control de aguas para bebidas” (Resolución DiPAS 608/93) y esta norma, a su vez, se basa en recomendaciones de las guías de calidad de aguas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Todo bajo control

Los parámetros que se analizan en el agua suman 80 en total. Se realizan análisis de control sobre el agua cruda, decantada, filtrada y el agua de salida de las plantas potabilizadoras. La finalidad de los mismos es verificar la eficiencia del proceso de potabilización, calcular las dosis de los químicos que se adicionan en la potabilización y controlar la calidad del agua distribuida para el consumo.

La calidad del agua a lo largo de la red de distribución es controlada por laboratorios móviles que efectúan determinaciones in situ y extraen muestras para realizar análisis en el Laboratorio Central de la empresa concesionaria. El plan de muestreo incluye además 60 puntos de control esparcidos a lo largo de más de 3.700 kilómetros de red de distribución de la Ciudad de Córdoba.