Así lo anunció el ministro de Desarrollo y Transportes, Kostis Jatzidakis, luego de participar en una reunión con Samaras que duró casi cinco horas, en la que criticó la postura de los trabajadores del transporte público.

"Ni el Gobierno ni la sociedad pueden ser tomados como rehenes de los intereses de las corporaciones", afirmó.

La huelga de los empleados del subte comenzó el 17 de enero en protesta contra los planes del gobierno de aplicar a estos trabajadores los mismos salarios que existen en el resto del sector público y de eliminar el actual convenio colectivo, informó la agencia de noticias EFE.

Los trabajadores de otros medios de transporte público, como trenes de corta distancia, autobuses, trolebuses y tranvías, también se sumaron a las protestas de los últimos días con paros parciales, lo que provocó numerosos atascos en la capital del país.

En tanto, un tribunal griego consideró ilegal esta huelga, al argumentar que no contempla servicios mínimos por razones de interés público.

Para que se ponga en marcha la movilización forzosa de los trabajadores, el Ejecutivo debe ahora comunicarla al gobierno de la región de Atica, que, a su vez, deberá notificarla a cada uno de los empleados.

Frente a esta medida gubernamental, los sindicatos reaccionaron duramente y anunciaron que seguirán con las huelgas.

"Este tipo de medidas forzosas son costumbres de las dictaduras", denunció el presidente del sindicato de los empleados del subte de Atenas, Andonis Stamatopulos, quien pidió "al pueblo" que se solidarice con los huelguistas.

Por su parte, el secretario general del mismo sindicato, Manzos Tsakos, anunció en declaraciones a la radio local Skai que los huelguistas seguirán ocupando los talleres. "Resistiremos hasta la muerte", añadió.

Por su lado, el sindicato de empleados de autobuses anunció que a partir de hoy se llevarán a cabo huelgas de 24 horas, ampliando así los hasta ahora paros parciales que estaban llevado a cabo.

La Confederación General de Trabajadores de Grecia (GSEE), la principal central obrera griega, pidió al gobierno dar marcha atrás y no aplicar estas medidas.

La decisión tomada hoy por Samaras también provocó divisiones entre los partidos que lo acompañan en el gobierno, ya que el socio menor de la coalición, el partido centroizquierdista Dimar, rechazó ordenar la movilización forzosa de los trabajadores.