El director del Instituto de Ambiente de Montaña y Regiones Áridas (IAMRA), de la Universidad Nacional de Chilecito (UNdeC), Néstor Bárbaro, recordó que cada 22 de mayo, se conmemora a nivel mundial el día de la “Diversidad Biológica”; por ello reflexionó sobre la importancia de la Biodiversidad para la vida y el desarrollo Humano.

El 22 de mayo de cada año se conmemora, a nivel mundial, el día de la Diversidad Biológica; fecha establecida en referencia al Convenio Internacional firmado durante la Cumbre de la Tierra realizada, en 1992, por las Naciones Unidas en Río de Janeiro y, posteriormente, suscrito por 196 países.

Al respecto Bárbaro informó que “la biodiversidad comprende la variedad de organismos que habitan la Tierra, incluyendo plantas, animales y microorganismos, y los complejos ecológicos de los que forman parte. En otras palabras, la biodiversidad incluye la variedad de especies, su diversidad genética y la diversidad de ecosistemas que las contienen. El conocimiento que la humanidad tiene de la biodiversidad es incompleto; muchas especies corren el riesgo de desaparecer, o han desaparecido, sin que se las haya identificado o se conozca su función en los ecosistemas de los cuales forman parte”.

En ese sentido, Bárbaro se refirió a la importancia de la biodiversidad para la vida y el desarrollo humano diciendo que “los organismos y los ecosistemas nos proveen de recursos naturales, poseen una impronta cultural en su relación con las comunidades humanas que habitan las diferentes regiones de la Tierra y participan de las funciones y servicios ecológicos que aportan a la sustentabilidad local, regional y global (ciclo de nutrientes, fijación del carbono atmosférico, protección de suelos y de cuencas hidrográficas, polinización, recreación, otros). Más allá de su importancia para el ser humano, debemos respetar y cuidar toda vida por más insignificante que nos parezca”.

Las evidencias cotidianas muestran que “el impacto negativo de las actividades humanas sobre la biodiversidad, incluyendo sus funciones y servicios ecológicos, es constante y, muchas veces, creciente. Y ello a pesar de los esfuerzos de organismos internacionales y nacionales, ONGs, sectores sociales e investigadores y profesionales de diferentes disciplinas científicas”.

Para conservar la biodiversidad “es necesario identificar y proteger áreas representativas de los diferentes ecosistemas, pero esto no es suficiente. Debemos promover la protección de la diversidad también en ambientes modificados y asegurarnos de que todas las intervenciones humanas sean evaluadas y desarrolladas considerando las características naturales de la zona a ser intervenida y las demandas y necesidades sociales y económicas. Esta forma de proceder permitirá allanar el camino hacia la sustentabilidad”.